Juan es un niño normal y corriente de 11 años. Su mejor amigo, Martín, tiene un bulldog muy mal educado, pero a Juan le da mucha envidia que Martín tenga un perro, porque los padres de Juan no le dejan tener una mascota.
El cumple de Juan es dentro de poco .Y como era de imaginar, les ha pedido a sus padres una mascota. Cuando sus padres por fin ceden, le dicen que él se tendrá que ocupar de cuidarla. La hermana mayor de Juan no está de acuerdo con sus padres porque dice que las mascotas sueltan mucho pelo por donde pasan. Y además lo ensucian todo. Juan le ha dicho que no sea pesada. El caso es que finalmente Juan se sale con la suya y consigue que sus padres le prometan que le regalarán una mascota.
Cuando por fin llegó el gran día, Juan estaba muy nervioso. Él se la imaginaba grande y terrorífica. Pero cuando lo vio se le borraron todas las ilusiones. ¡Era un gato! Y todo el mundo sabe que los perros y los gatos se llevan mal. Al gato lo llamaron Pantera.
Al día siguiente Juan y Pantera fueron a casa de Martín, que al abrir la puerta se puso a reír porque él también se pensaba que la mascota de su amigo sería un gran perro. La sorpresa se la llevaron cuando vieron que Pantera y Trusco (así se llamaba el bulldog) se perseguían, o mejor dicho, Pantera perseguía a Trusco.
¡Nunca se lo habrían imaginado! Porque después, Pantera y Trusco se hicieron muy amigos. Tanto, que cuando sus dueños les intentaban separar, no podían.
FIN
María Pascual Juárez 5º B
