miércoles, 4 de mayo de 2011

LA GRAN AVENTURA
Hace mucho tiempo, en la localidad de Rio Blanco ´´Texas´´,
vivían ocho de los mejores vaqueros de la historia.
Luis era Teniente del ejército, le gustaba ir por Rio Blanco a ver a
sus amigos. Manejaba muy bien la pistola.
  Juan era pistolero, un apasionado del póker y rápido con el
  revólver.
Álvaro era el Sheriff, hábil capturando malhechores y certero con
la escopeta. Su padre también lo fue.
Santiago era el dueño del Salón.
Damián tenía un rancho , cerca de Iñigo y cabalgaba muy bien.
Rodrigo era un granjero experto en animales.
Adrián tenía una tienda y era experto en armas.
Iñigo era ganadero, siempre iba acompañado de su perro fiel
Niebla y donde ponía el ojo ponía la bala , la piedra o el lazo.
Todos ellos eran amigos porque se habían criado todos juntos.
En Rio Blanco , se estaba empezando a formar una banda
de cuatreros que robaban todo.
Iñigo un día llamó a Luis y a todos los demás para reunirse en el
salón. Decidieron avisar al ejército. Y el ejército les negó la
ayuda, entonces formaron entre ellos un pequeño ejército. Eran: Luis,
Juan, Álvaro, Adrián, Rodrigo, Santiago, Damián, Iñigo y dos
voluntarios. Aquella noche hicieron guardias, Luis y Juan por el
pueblo y Damián e Iñigo por los ranchos. Luego se iban turnando.
Pasaron varios días. Una noche los bandidos fueron a robar a los
ranchos. Iñigo y Damián llamaron a todos los que formaban el
mini ejército. Se dieron cuenta de que los cuatreros eran 100.
Los cuatreros se construyeron un refugio. El mini ejército planeaba
colocar trampas: cavar un gran hoyo, cubrirlo con una tela y al pasar
los bandidos caerían en ella y se encontrarían con dos toros bravos.
Así se redujeron los cuatreros a 50. Después organizaron una
estampida y los cuatreros huyeron, perseguidos también por Niebla
que ladraba. Los jefes de los cuatreros se cayeron del caballo y Luis e
Iñigo les capturaron. Resulta que eran Javier y Pedro, ambos eran
del pueblo. El Sheriff les encarceló y todos volvieron al salón a celebrar
la victoria.
FIN, THE END
Autor:
Iñigo Campo Hernández-Sampelayo

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